Primavera, verano, otoño, invierno...y otra vez primavera
Primavera, verano, otoño, invierno... y otra vez primavera.
El nombre de la película fue lo primero que me llamó la atención y luego la recomendación de un amigo que me aseguró era de todo mi gusto. Fui hace unas semanas atrás, al Cine Tobalaba que está en Providencia y quedé maravillada con esta joyita que nos regala el director coreano Kim Ki-duk.
El nombre de la película fue lo primero que me llamó la atención y luego la recomendación de un amigo que me aseguró era de todo mi gusto. Fui hace unas semanas atrás, al Cine Tobalaba que está en Providencia y quedé maravillada con esta joyita que nos regala el director coreano Kim Ki-duk.
La película es una invitación a entrar en la intimadad de la casa de un monje budista y su discípulo que viven en una pequeña habitación anclada en un lago rodeado por árboles que se parecen a los castaños, avellanos y robles. Es provocadora y significativa, llena de detalles. Las puertas cumplen un papel fundamental. Recuerdo la grande de la entrada que está hundida en el agua y que los visitantes debían cruzar, mojándose hasta la altura de las pantorillas, para alcanzar la embarcación que los llevaría hasta la puerta de la casa. El abrir y cerrar de estas puertas es una forma que utiliza el director para entrar y salir en las emociones humanas.
La analogía que establece Kim Ki-duk entre las estaciones del año y los procesos de la vida de los protagonistas es una apuesta creativa que no había visto en el cine.
La fotografía es excelente, sus encuadres son repetitivos en la forma pero su contenido varía cada vez. Personalmente me impresionó ver los mismos árboles plantados en el agua que cambiaban su follaje de acuerdo a las estaciones del año. Tengo una especial fascinación por los árboles por lo que las escenas fueron un verdadero deleite para mí.
La música la compone el entorno y la percusión que nos toca el maestro en los rituales de contemplación.
Todo está en movimiento en la película y se ven quiebres importantes en la vida contemplativa de estos hombres, fuertemente instintivos que se van modelando con el paso del tiempo y la adolescencia, madurez y adultez.
1 Comments:
Siempre se agradece tener obras cómo estas donde la esencia está en lo simple, sólo en los detalles del entorno que no necesariamente son parte de un paisaje tan surreal como nos presenta este director. Recuerdo: hoy es invierno y tras de nosotros los árboles muestran el inicio de la primavera.
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